Relatos relacionados con la ropa interior
Un día en el gimnasio
Me fui a la habitación, me quite las mallas y el bóxer, cogiendo el tanga por los costados fui subiéndolo hasta sentir como la tira se introducía entre mis nalgas, como la tela de delante tapaba poco a poco mis partes más íntimas, me mire en el espejo durante unos segundos y la verdad es que me quedaba realmente bien, volví a coger las mallas y me las puse, ahora si que era otra cosa, estaba protegido ante cualquier transparencia y encima no se me notaba nada o eso creía yo
Por ponerme ropa interior femenina
El ambiente estaba muy romántico, parejas en cada mesa y yo solo, ese dia, me había puesto mi tanga de hilo negro y no me di cuenta que por estar con los codos en la mesa y hechado para delante, se veía el mini resorte de la tanga, me di cuenta porque el mesero que me estaba atendiendo era muy simpático y atento y una de las veces que me llevo un trago de whisky, me lo paso por detrás de mi hombro y me dijo, que linda tanga traes mi amor… wow. Yo me puse nervioso y rojo de vergüenza, el al verme me dijo no te preocupes linda, esto queda entre nosotros, solo pude responderle con una sonrisa, gracias.
Sólo te quiero con panties
Ya más tarde estábamos a solas en su cuarto. Entonces ella me saca un montón de tangas suyos y me pregunta: “¿Cuál te gusta más?”, a lo que le respondo que escoja por mí. Me dice “Te quedará muy bien el beige, pruébatelo.” Voy al baño y me cambio. Eso sí, debo confesar que tenía la polla bien erecta. Me excitaba vestirme de mujer, era mi fantasía, pero más aun que una chica fuera mi cómplice.
La tienda de lenceria
Yo seguía con la sensación extraña, los pezones al aire y el tanga raro hasta que me di la vuelta y me mire al espejo, esa sensación era que ese conjunto era para algo mas que probarlo, era para disfrutarlo, tenia el coñito al aire, empece a recolocarlo, tiraba de un lado y se salían los labios por el otro, tiraba hacia el otro lado e igual, hasta que me percate que tenia una abertura para dejar los labios fuera, de frente al espejo,conjunto negro de seda,los pezones ya de punta asomando por el sujetador y el coñito al aire.
En la tienda de lencería
Esa tarde fuimos juntos a comprarme ropa interior muy sexy como me prometió mi profe consentido. Fuimos a Perisur saliendo de la Universidad como siempre escondiéndonos pero ya agarrando confianza ya se nos olvidaba de éramos sexy profe-caliente alumna. Era una tienda linda, coqueta y bastante cara, tenían lo mejor y además este culito se lo merecía todo y seguro que, con lo bonita que me veía, me quedo de ensueño.
Tangas para chicos
Estaba mirando la estantería con las prendas que me habían llamado la atención la verdad es que bastante perdido. Sabía que existían esos tangas y suspensorios de forma intelectual, por haberlos visto en películas mas o menos pornográficas, televisión o revistas. Pero hasta ese momento no me había dado cuenta real de ello. Y allí los tenía delante de mí en una gran variedad de colores y formas. Métidos en bolsitas con un cartón en el había una foto de un macizo musculoso llevando una prenda como la que había dentro del envase.
Mi primera vez en tanga
Con cierta frecuencia me reunía con un amigo a hacer ejercicio en el gimnasio de su casa, casual, todo muy normal. Pero en este día en específico decidí hacer algo diferente. Decidí ponerme una tanga de las que me había comprado debajo de mi pantaloneta, no con el fin de que alguien me la viera, porque no tenía pensado quitarme la pantaloneta en público, pero con el morbo del riesgo de que alguien pudiera darse cuenta. Era la primera vez que salía con una tanga puesta y sólo con una pantaloneta.