Un día en el gimnasio

Un día en el gimnasio

Me fui a la habitación, me quite las mallas y el bóxer, cogiendo el tanga por los costados fui subiéndolo hasta sentir como la tira se introducía entre mis nalgas, como la tela de delante tapaba poco a poco mis partes más íntimas, me mire en el espejo durante unos segundos y la verdad es que me quedaba realmente bien, volví a coger las mallas y me las puse, ahora si que era otra cosa, estaba protegido ante cualquier transparencia y encima no se me notaba nada o eso creía yo

La tienda de lenceria

Yo seguía con la sensación extraña, los pezones al aire y el tanga raro hasta que me di la vuelta y me mire al espejo, esa sensación era que ese conjunto era para algo mas que probarlo, era para disfrutarlo, tenia el coñito al aire, empece a recolocarlo, tiraba de un lado y se salían los labios por el otro, tiraba hacia el otro lado e igual, hasta que me percate que tenia una abertura para dejar los labios fuera, de frente al espejo,conjunto negro de seda,los pezones ya de punta asomando por el sujetador y el coñito al aire.
En la tienda de lencería

En la tienda de lencería

Esa tarde fuimos juntos a comprarme ropa interior muy sexy como me prometió mi profe consentido. Fuimos a Perisur saliendo de la Universidad como siempre escondiéndonos pero ya agarrando confianza ya se nos olvidaba de éramos sexy profe-caliente alumna. Era una tienda linda, coqueta y bastante cara, tenían lo mejor y además este culito se lo merecía todo y seguro que, con lo bonita que me veía, me quedo de ensueño.