La tienda de lenceria
Hace un par de semanas me fui de compras al centro de la ciudad,buscaba lencería,a ver si por alguna de aquellas mi marido se comía algo diferente a lo que había en la mesa. Me dirigí a una lencería céntrica, por eso del lujo y el glamour, entre, y cuando me atendieron le pedí algo bonito a la dependienta, talla 85 de pecho y talla S de braguita. Empezó a sacar cosas y cosas, mas conjuntos, bodys, corpiños, al final le dije el fin de la compra y me dio un montón de cosas para el probador, así que me metí con todo lo que pude coger, tenían ganas de vender.
Al entrar había un chavalin sentado en la zona de los probadores, supongo, esperando a la novia o a la madre, el caso es que ni me vio pasar. Yo no sabia ni lo que buscaba, algo bonito y eso, el caso es que empecé a probarme conjuntos, habrían al menos 15, y yo allí, braga para arriba, braga para abajo, en fin, lo típico. Una de las veces que estaba dándome la vuelta frente al espejo, sin querer, con el culo moví la cortina, de esas tan incomodas y modernas y vi que el chavalin, de unos veintitantos años miro hacia mi, supongo que para ver que pillaba.
El caso es que corrí la cortina para cerrarla y seguí a lo mio. En uno de tantos pruebes cogí uno de los conjuntos elegidos por la dependienta, me desnude entera para seguir y me coloque el sujetador, cuando me fije que este llevaba dos orificios que dejaban asomar mis pezones, me hizo gracia, era negro el conjunto, muy bonito y curioso.
Al agacharme para ponerme el tanga volví a mover la cortina, al menos eso creo porque no me di cuenta, yo a la mía, me agache y me puse el tanga y me di la vuelta, notaba algo raro y no sabía que era, me lo coloque por detrás mirándome al espejo, aunque poco había realmente, una tirita que entraba por el culito y otra por la cintura, eso si, de seda y supersuave.
Yo seguía con la sensación extraña, los pezones al aire y el tanga raro hasta que me di la vuelta y me mire al espejo, esa sensación era que ese conjunto era para algo mas que probarlo, era para disfrutarlo, tenia el coñito al aire, empecé a recolocarlo, tiraba de un lado y se salían los labios por el otro, tiraba hacia el otro lado e igual, hasta que me percate que tenia una abertura para dejar los labios fuera, de frente al espejo, conjunto negro de seda, los pezones ya de punta asomando por el sujetador y el coñito al aire. Menos mal que siempre, al menos siempre que puedo lo llevo depilado entero, mas higiénico y como no, mejor para todo, me gusta vérmelo como cuando era jovencita, manías.
El tema está en que con la tontería de mover a un lado y a otro el tanguita y verme que estaba cañón frente al espejo, el coñito asomando y recogidito, marcando todo lo posible la forma que dejaba asomar, los pezones como pitones, vamos, que me puse cachonda pero bien, nunca me había visto así.
Ya que estaba, me puse los tacones que llevaba y me recogí el pelo todo lo que pude con una coleta, cada vez mas cachonda y húmeda, creo que hasta me palpitaba el coño entre las tiritas del tanga y el calenton que llevaba y llego lo que tenia que llegar, empecé a tocarme los pechos, tirarme de los pezoncitos mojandolos con saliva, tocándome el coño por fuera, con tres deditos, estaba que me salia, y yo sólita frente al espejo, con esas luces, ese ambiente,cada vez mas cachonda, con ganas de coger una buena polla para comérmela hasta los huevos y que después me follara.
Estaba radiante,hasta los ojos me brillaban de otra forma y empece a masturbarme, una pierna sobre el taburete, clavando el tacón con todas mis ganas, una mano tocando, rozando, tirando de los pezones y la otra, dos dedos dentro del coñito y el pulgar restregándolo sobre el clítoris, estaba supersalida y ya no podía parar, pensé que ese momento era el momento, saqué el móvil y lo puse a grabar en vídeo para poder recordar ese calenton, por si acaso, me quería correr y no quería, quería una polla en mi culo penetrándome y no quería, no podía parar y el vídeo grabando que me ponía mas cachonda si era posible.
En una de esas embestidas con la cabeza vi al chavalin de fuera absorto, mirándome, con cara de haber visto algo parecido pero solo en películas, con la polla marcada en los pantalones de pitillo y yo, aprovechando que no se fijó cuando entre, decidí dejar que siguiera mirando, que recordase como se hacen las cosas bien hechas, dedicándole ese momento, que recordara que una mujer era capaz de hacer eso y mas, todo por no mirarme cuando entre, vengándome de el.
Al final me corrí como una loca, creo que moje el minitanga, el sujetador y hasta el suelo con mis babas que salían de la boca y de las que salían del coño, toda una odisea. Corrí la cortina y entre sofoco y sofoco pude vestirme, eso si, el conjunto me lo dejé puesto, ya me cobrarían con las etiquetas, no quería quitármelo ni probarme mas cosas, la tarde había sido completita.
El chavalin imagino que se fue empalmado o corrido y yo con el conjunto puesto, rozándome los vaqueros y la camisa por todos los lugares expuestos. Entre para calentar a mi marido y salí caliente yo y el pobre muchacho, eso si, de vez en cuando me pongo el vídeo para mi, me pongo cachonda y sustituyo la polla de mi marido por un consolador y lubricante, y encima con la ropa interior puesta. Creo que mi marido aun no lo ha visto.
Fuente: https://relatoseroticos-club.com/18463_la-tienda-de-lenceria