Un día en el gimnasio

Un día en el gimnasio

Me fui a la habitación, me quite las mallas y el bóxer, cogiendo el tanga por los costados fui subiéndolo hasta sentir como la tira se introducía entre mis nalgas, como la tela de delante tapaba poco a poco mis partes más íntimas, me mire en el espejo durante unos segundos y la verdad es que me quedaba realmente bien, volví a coger las mallas y me las puse, ahora si que era otra cosa, estaba protegido ante cualquier transparencia y encima no se me notaba nada o eso creía yo

Por ponerme ropa interior femenina

El ambiente estaba muy romántico, parejas en cada mesa y yo solo, ese dia, me había puesto mi tanga de hilo negro y no me di cuenta que por estar con los codos en la mesa y hechado para delante, se veía el mini resorte de la tanga, me di cuenta porque el mesero que me estaba atendiendo era muy simpático y atento y una de las veces que me llevo un trago de whisky, me lo paso por detrás de mi hombro y me dijo, que linda tanga traes mi amor… wow. Yo me puse nervioso y rojo de vergüenza, el al verme me dijo no te preocupes linda, esto queda entre nosotros, solo pude responderle con una sonrisa, gracias.