Desde tiempos inmemoriales, los hombres siempre han aspirado a la libertad en todas sus formas. Y, desde antes incluso, parecen haber tenido una fijación y obsesión en lo referente a sus partes más bajas. Admitámoslo.
Esa fijación se ha traducido a lo largo de los años en sucesivos inventos para realzar dichas partes. Primero fue el taparabos y a saber qué más, pero con el tiempo y la evolución pasamos a la que muchos consideran la mejor creación de la humanidad tras los leggings... los boxer.
Creados en 1925 por el fundador de Everlast, Jacob Golomb, en un principio se usaron única y exclusivamente como pantalón de boxeador (de ahí su nombre). Sin embargo, pronto se popularizaron lejos del ring y hoy en día es la prenda íntima más utilizada por el hombre de a pie.
Al parecer, el bóxer tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Para empezar, tiene una bragueta que los que son particularmente perezosos deben agradecer enormemente. Además, la sensación de libertad y bienestar cuando vas por la calle con ellos solo debe rivalizar con el desnudo integral, o eso me han dicho. Pero en honor a la verdad, ¿no dan a veces también sensación de desprotección?
Para los que han decidido abolir el uso de los boxer y creen que sin un cuerpo como el de CR7 llevar slips es una tomadura de pelo, he ideado una solución que siempre estuvo ahí pero que por H o por B (e incluso por C) nunca os habíais planteado llevar a cabo. Hablamos ni más ni menos que del tanga masculino.
Antes de que empiecen los lloriqueos y los topicazos, he de decir que yo conozco chicos que lo han probado y desde entonces siempre tienen uno en su armario para las grandes ocasiones. Os explico.
El tanga da esa firmeza y protección que siempre habéis deseado. Es pequeño, barato y manejable. No ocupa espacio apenas y es muy sutil. Y, para que nos vamos a engañar, realza el culo que no veas. Y no me vengáis con absurdos clichés, porque cualquier hombre puede presumir de culo sin que su virilidad se vea vilipendiada.
Pero claro, os preguntaréis si la tira de atrás os resultará incómoda o degradante. Mi respuesta es que a todo se acostumbra uno. Es posible que un tanga femenino os apriete y os incomode, así que desde aquí os animo a probar uno masculino. La diferencia es abismal, tanta que una vez que salgáis a la calle con vuestros vaqueros comprobaréis que la libertad es la misma que con los bóxer. E incluso mayor cuando se acerca el verano. Y la ventilación no veas…
Dicho todo esto, no sé a que estáis esperando para ir al comercio más cercano y comprar unos. Hay modelos muy chulos, de todos los gustos y colores, y te permitirá ir más cómodo, estiloso y realzado. ¿Te animas a probarlo?
Fuente: Por qué deberías empezar a usar tanga si eres chico (flooxernow.com)